La lateralidad, o la preferencia por una mano determinada, es un tema que ha sido objeto de estudio por científicos y expertos en neurociencia y psicología durante muchas décadas. La prevalencia de la lateralidad zurda en la población humana se encuentra alrededor del 10%.
A pesar de que ha habido muchos avances en la comprensión de la determinación de la lateralidad, todavía existe mucho por entender. La investigación ha demostrado que la lateralidad es determinada por una combinación de factores genéticos y ambientales, incluyendo la maduración del cerebro y la experiencia temprana.

A continuación vamos a examinar de cerca los factores que contribuyen a la determinación de la lateralidad y cómo estos influyen en la forma en que una persona desarrolla su preferencia por una mano en particular.
Índice de contenidos
Factores genéticos
Los estudios han demostrado que la lateralidad es en parte heredada de los padres a los hijos. Se ha identificado un número de genes específicos que parecen estar asociados con la lateralidad, lo que sugiere que la tendencia a ser zurdo o diestro puede ser transmitida de generación en generación.
Además, los estudios de gemelos han contribuido a la comprensión de la influencia de la genética en la lateralidad. Los estudios han encontrado que los gemelos idénticos, que comparten el mismo material genético, tienen una probabilidad mucho mayor de ser zurdos o diestros juntos que los gemelos no idénticos.

Sin embargo, es importante destacar que, aunque la genética puede ser un factor importante en la determinación de la lateralidad, no es el único factor a considerar. La investigación ha demostrado que la lateralidad es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales.
Factores ambientales
Además de la genética, también se cree que los factores ambientales juegan un papel importante en la determinación de la lateralidad. La maduración del cerebro y la experiencia temprana parecen ser dos de los factores más importantes.
Durante los primeros años de vida, el cerebro está en un período crítico de desarrollo y aprendizaje. Durante este tiempo, las experiencias tempranas, incluyendo la interacción con objetos y personas, pueden influir en la forma en que el cerebro se desarrolla y, por lo tanto, en la determinación de la lateralidad.

Por ejemplo, la exposición temprana a objetos y juguetes que promuevan la actividad con una mano en particular puede influir en la formación de la preferencia por esa mano. De la misma manera, la exposición temprana a modelos y personas que usan una mano en particular también puede influir en la formación de la preferencia.
Otro factor ambiental que puede influir en la determinación de la lateralidad es la exposición a la luz y el sonido. Algunos estudios han demostrado que los bebés que reciben más estimulación visual y auditiva por un lado en particular pueden desarrollar una preferencia por esa mano.
Cambios a lo largo del tiempo
Es importante destacar que la lateralidad puede cambiar a lo largo del tiempo y no siempre es permanente. Algunas personas pueden desarrollar una preferencia por una mano en particular durante la infancia, pero esa preferencia puede cambiar con el tiempo.
Por ejemplo, una persona que era zurda durante la infancia puede desarrollar una preferencia por la mano derecha más adelante en la vida. De la misma manera, una persona que era diestra durante la infancia puede desarrollar una preferencia por la mano izquierda más adelante en la vida.

Estos cambios pueden ser el resultado de nuevas experiencias y aprendizajes, así como de cambios en la maduración del cerebro y en la habilidad motora.
En definitiva, la lateralidad es un tema complejo que está influido por una combinación de factores genéticos y ambientales. Aunque la genética puede ser un factor importante en la determinación de la lateralidad, los factores ambientales, incluyendo la maduración del cerebro y la experiencia temprana, también juegan un papel importante. La lateralidad puede cambiar a lo largo del tiempo y no es necesariamente permanente.